lunes, 22 de diciembre de 2014

Huerta de Soto le contesta de antemano a Krugman


Acá hay una traducción al español de la siempre citada "refutación" del Premio Nobel Krugman a la teoría austriaca del ciclo económico. Muchos detractores de los economistas austriacos no se cansan de sacar esto como una "carta de victoria". Su argumento principal es el siguiente:

He ahí el problema: como una cuestión de simple aritmética, el gasto total en la economía es necesariamente igual al ingreso total (cada venta es al mismo tiempo una compra y viceversa). Así, si las personas deciden gastar menos en bienes de inversión, ¿no significa eso que deben haber decidido gastar más en bienes de consumo, resultando que una recesión en la inversión deberá estar siempre acompañada del correspondiente boom en el consumo? Y si lo anterior se cumple, ¿por que debería producirse un incremento en el desempleo?...
Tampoco responderán a ésta difícil pregunta esos supuestos sesudos teóricos austriacos. Lo mejor que von Hayek o Schumpeter pudieron proponer fue la vaga afirmación de que el desempleo era de tipo friccional, creado cuando la economía transfería trabajadores desde un inflado sector de la inversión hacia el sector de productos de consumo (de ahí su oposición a cualquier intento de incrementar la demanda: esto dejaría sin hacer “parte del trabajo que la recesión debería hacer”, ya que el desempleo masivo es parte de proceso de “adaptar la estructura de la producción”). [color agregado]

Observen el énfasis en solo dos sectores: consumo e inversión. Krugman escribió eso en diciembre de 1998. El economista austriaco de España Jesús Huerta de Soto publicó su libro a finales de ese año. Aunque desconozco en que mes exacto, en este artículo de octubre ya lo cita. Y además la introducción es de 1997. Por lo tanto, hay mucha probabilidad de que lo siguiente haya sido escrito antes de la "crítica" de Krugman: 

Esto, de acuerdo con Hayek, explicaba que Keynes no considerara la existencia de diferentes etapas en la estructura productiva (como tampoco la tuvo en cuenta Clark ni la tendría Knight) y que, en última instancia, no se diera cuenta de que la decisión esencial de los empresarios no es si se debe invertir en bienes de consumo o en bienes de capital, sino más bien si se debe invertir en procesos productivos que darán lugar a bienes de consumo en un periodo de tiempo más o menos alejado en el futuro. Considerar, por tanto, una estructura productiva constituida únicamente por dos etapas (una de bienes de consumo y otra de bienes de capital), sin tener en cuenta la dimensión temporal de esta segunda, ni las sucesivas etapas en que se divide, es lo que hace que Keynes caiga en el error de la «paradoja del ahorro o frugalidad», cuya falaz fundamentación teórica ya hemos demostrado en el capítulo V.  (página 435-36) [color agregado]

En palabras simples, Huerta de Soto dice: "para los austriacos, el problema NO ES ni jamás ha sido de dos etapas o sectores (consumo e inversión). Sino la estructura y horizonte temporal de la producción". Mientras Krugman dice, posteriormente: "el problema, para los austriacos, es de dos etapas o sectores (consumo e inversión)". Creo que el error de Krugman es evidente.

Es cierto que el libro de Huerta de Soto salió en español primero en 1998 y no se tradujo al inglés hasta el 2006, gracias al Mises Institute. Sin embargo, debe quedar muy claro que los austriacos estaban perfectamente conscientes de las críticas keynesianas y ya las habían refutado. Lo de Krugman ni era nuevo ni era correcto. El hecho de que los austriacos ya habían contestado las críticas que los keynesianos repetían hasta 1998, demuestra que los últimos jamás pudieron comprender la teoría.

Las conclusiones luego de leer a Krugman son:

1) Joseph Salerno señala correctamente que Krugman no critica la teoría usando sus fuentes originales (Mises, Hayek, Rothbard). Solo la versión pasada por agua de Gottfried Haberler.

2) Como consecuencia de ello, su crítica de 1998 ya había sido refutada por Hayek en su libro original.

3) Huerta de Soto, escribiendo en 1997 y contestando críticas anteriores, refuta lo que Krugman escribiría en 1998. Se prueba que los keynesianos no revisaron sus objeciones y simplemente se limitaron a repetirlas.

Por centésima vez, Paul Krugman demuestra que no entendió nunca lo que se empecina en enjuiciar. Su único argumento ante esto, es que solo lo acusamos de que no comprende lo que critica (aun cuando sobran pruebas de ello). Lo cual es un testimonio de que tener un Premio Nobel no garantiza que alguien deje atrás la terquedad.

1 comentario:

  1. Lo cual es un testimonio de que tener un Premio Nobel no garantiza que alguien deje atrás la terquedad. Ni que tenga razón en sus planteamientos.

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