jueves, 29 de septiembre de 2016

Funcionamiento del Patrón Oro: los efectos de un cambio real


Un factor fundamental para el análisis austriaco de la balanza de pagos es el individualismo metodológico. En este caso, aplicado para distinguir entre el equilibrio del actor individual y el equilibrio interindividual. Es decir, el equilibrio de cada agente y entre los agentes. Esta es una diferencia fundamental con el análisis agregado de la macroeconomía tradicional. En particular, este enfoque distinto se nota mucho en el análisis de las variaciones de la balanza de pagos ante cambios provenientes del lado real (Salerno, 2010: 174).

Como ya vimos, en el largo plazo, las causas de desequilibrios de balanza de pagos son estrictamente monetarias. Los desequilibrios de balanza de pagos son una fase integral del proceso de ajuste monetario por el cual las tenencias de dinero de los individuos (y de la nación) se adaptan a los niveles que desean. ¿Pero qué hay del corto plazo?

Supongamos que partimos de un sistema internacional con patrón mercancía puro como el Patrón Oro y de una situación de equilibrio monetario y en la balanza de pagos. Dados esos supuestos, asumamos que los consumidores nacionales aumentan su demanda y sus gastos en importaciones. ¿Por qué? Por la simple razón de que cambiaron sus gustos (en sus escalas valorativas ahora son más importantes los productos extranjeros relativamente a los nacionales). Adicionalmente, supongamos que la demanda de dinero y otros datos reales y monetarios de la economía, a excepción del antojo previamente mencionado, permanecen igual (Salerno, 2010: 174). No hay modificaciones en la oferta y demanda de dinero, solo en el lado real.

Como consecuencia del cambio a favor de las importaciones, aparece inicialmente un déficit de balanza de pagos y, por ende, una salida de dinero mercancía desde la nación donde se demandan más productos exteriores. Desde el punto de vista individual de los consumidores domésticos implicados, la salida de dinero es equilibrante pues les ayuda a alcanzar su fin: conseguir los productos exteriores que desean. Individualmente la acción es equilibradora, sin embargo, interindividualmente no lo es. La fuga monetaria perturba o desequilibra la previa distribución de dinero de equilibrio entre los agentes causando ulteriores interacciones que revertirán el déficit (Salerno, 2010: 175).

Por ejemplo, una persona que solía gastar cierta suma de dinero en (comprar bienes de) la nación A, ahora cambia a gastarlo en el país B. Económicamente, es irrelevante que el individuo esté domiciliado en A o en B. El primer efecto es un cambio de flujo de pagos desde A hacia B, una balanza de pagos desfavorable para A. Emergerá un inicial déficit de balanza de pagos y el correspondiente escape externo de dinero desde la nación A hacia B. Debido a esto, en la nación A los ingresos monetarios de alguien han disminuido mientras en B los de otro han aumentado. En ambos países los cambios en ingresos serán sucesivamente diseminados (Hayek, 2008: 353-54; Salerno, 2010: 175).

Lo que ocurrirá es que: (1) Los productores domésticos de los bienes cuya demanda ha colapsado y los que trabajan con ellos experimentan una caída de precios e ingresos que amenaza con dejarlos sin suficientes saldos de tesorería. (2) Los productores externos, por el contrario, a quienes les aumentó la demanda de lo que venden, ven aumentar sus precios e ingresos y, consecuentemente, tienen un excedente de dinero respecto a su demanda (Hayek, 2008: 353-54; Salerno, 2010: 175).

Los cambios en ingresos y flujo de balanza de pagos entre los dos países pueden ocurrir de dos maneras en cada una de las naciones: (a) La reducción sucesiva en ingresos en A puede llevar a dejar de comprar en B o (b) la caída de precios de algunos bienes en A puede implicar incrementar las exportaciones hacia B. Por otro lado, (a) el incremento de ingresos monetarios en B puede llevar a aumentar las compras en A o (b) aumentar los precios de ciertos bienes en B y disminuir las exportaciones hacia A (Hayek, 2008: 354).

En resumen, los de (1) aumentan sus ventas hacia el exterior (exportan porque en el interior ya no les compran) y disminuyen sus compras desde allí (importaciones) en su esfuerzo de recomponer el nivel dinerario que desean. Sus acciones causan que tienda a entrar dinero. Mientras tanto, los de (2), quienes tienen un exceso de saldos de tesorería por mayor ingreso, están motivados a gastar más en productos y activos (importaciones) a la vez que ofertan (exportan) menos. Estos actos provocan una tendencia a la salida de oro. Ese proceso de interacciones sucesivas hace que se reajuste la balanza de pagos y se revierta el déficit transformándolo en un superávit. El contramovimiento se detendrá cuando se reestablezca la distribución de dinero original de equilibrio entre los agentes y, por ende, entre las naciones.

Las acciones de ambos grupos para reajustar sus desequilibrios de dinero tienden a hacer que vuelvan a la misma distribución monetaria de equilibrio entre individuos previa al cambio de gustos (Salerno, 2010: 175-76). En el corto plazo, lo desequilibrios de balanza de pagos por cambios reales se terminan revertiendo.

Con la salida de dinero vía el déficit de balanza de pagos, primero caerán precios, ingresos y tenencias de efectivo específicos: los de los productores de los bienes que se dejan de demandar. Segundo, disminuirán en particular los precios, ingresos y tenencias de efectivo de los proveedores de bienes de consumo y capital directamente relacionados al primer sector afectado. Y con ellos, ulteriores bajas de precios a ritmo decreciente en sectores relacionados, ingresos y tenencias de efectivo. Es precisamente esta sucesión de caídas de precios, ingresos y saldos de tesorería lo que da a los agentes los incentivos para actuar y ajustar el déficit (Salerno, 2010: 407-08):

(a) Los extranjeros son incentivados a incrementar sus compras por la caída de los precios de los bienes, servicios y activos nacionales directamente afectados y de los que participan en la cadena de sucesivas contracciones causadas por la caída inicial de demanda. Por lo tanto, las exportaciones del país con déficit se incrementan, provocando una entrada de dinero.


(b) Además, a consecuencia de sus relativamente mayores precios internos, a las naciones foráneas les conviene más comprar afuera. La tendencia al ingreso monetario en la nación que recibió el shock de demanda de su producto se refuerza.


(c) Los productores extranjeros favorecidos por el cambio de gustos pueden tener una alta elasticidad ingreso (es decir, demandan mucho más ante aumentos de sus ingresos) por otros productos de la nación con déficit. Por lo que una de las respuestas inmediatas al desequilibrio de balanza de pagos es un aumento de la demanda y precios de estos bienes. Incentivando todavía más la entrada de dinero al país deficitario.


(d) Por otro lado, (i) la disminución de ingresos y su consecuente (ii) amenaza de insuficientes tenencias de efectivo induce una caída en el gasto en importaciones de los afectados por la baja de demanda de sus productos en la nación deficitaria. Esto contribuye a reducir la salida de oro del territorio.


(e) Las importaciones van a disminuir todavía más debido a que los residentes de la nación con déficit exterior son incentivados a sustituir los productos importados por los ahora relativamente más baratos bienes nacionales. La disminución de los precios de los bienes involucrados en la cadena de bajas sucesivas iniciada por la caída de demanda de productos nacionales, hace que actualmente sean más atractivos tanto para los extranjeros como para los nacionales de lo que eran antes.


(f) En la medida en que el proceso continúa a lo largo de la economía mundial, ocurren ulteriores redistribuciones de ingreso y gasto que pueden muy probablemente causar que aumente la demanda y precios de otros bienes del país con déficit externo.


El mecanismo anterior se encargará de, en última instancia, compensar el flujo de dinero de una nación a otra. Cuánto tiempo llevará este proceso hasta detenerse dependerá de la cantidad de eslabones en la cadena de sucesos que lleven a un país y de regreso. Durante el intervalo, el dinero fluirá desde A hacia B y el total que se mueva corresponderá exactamente a la cantidad de saldos de tesorería disminuidos en un país y aumentados en otro (Hayek, 2008: 355).

Veamos un ejemplo: Ocurre una caída de la demanda mundial de trigo en Estados Unidos. Lo cual causa un déficit de balanza de pagos en Norteamérica. Esto iniciará la cadena secuencial de sucesos. Como efecto primario, la baja del precio del trigo, de los ingresos y de los saldos de tesorería de los granjeros. Pero hay efectos secundarios también: se hundirán precios, ingresos y saldos de tesorería de otros sectores directa e indirectamente relacionados. Caerán precios e ingresos de maquinaria agrícola y otras industrias que proveen bienes de capital o de consumo a los granjeros de trigo. Si los granjeros dejan de tomar cerveza doméstica, su precio, los ingresos y saldos de tesorería de los cerveceros se desplomarán (Salerno, 2010: 407).

Los países del mundo serán incitados a comprar trigo americano cuyo precio se ha desplomado. Pero además son empujados a adquirir maquinaria agrícola y cerveza, cuyos precios también colapsaron. Todo ello estimula las exportaciones americanas. Además de eso, los menores ingresos hacen que las importaciones estadounidenses caigan aún más por la sustitución de productos importados por internos relativamente más baratos, como la cerveza nacional en lugar de la importada (Salerno, 2010: 407).

Noten que todos estos efectos equilibradores secuenciales de redistribución y cambio de precios ocurren sin importar para nada las fronteras nacionales. Por ejemplo, supongamos que la caída de demanda internacional de trigo americano se debió a que se trasladó hacia los productores de cebada de otros países, siendo ellos los favorecidos. Estos pueden tener una muy alta elasticidad ingreso por los vinos (y otros productos) americanos, por lo que una de las respuestas inmediatas al desequilibrio de balanza de pagos es un aumento de la demanda y precios de estos bienes (Salerno, 2010: 407-08). Mientras el proceso continúa a lo largo de la economía mundial, las posteriores redistribuciones de ingreso y gasto pueden muy probablemente causar que aumente la demanda y precios de otros bienes de Estados Unidos.

En conclusión, el análisis austriaco de la balanza de pagos bajo patrón monetario mercancía demuestra que los cambios de corto plazo en factores o datos reales son solo un fenómeno temporal. Las modificaciones en el lado real de la economía ciertamente pueden tener un efecto desequilibrador en la balanza aun cuando la oferta y demanda de dinero permanecen igual. Pero esas perturbaciones son solo transitorias, de corto plazo. Es precisamente una de las funciones del mecanismo de ajuste de la balanza de pagos revertir los flujos de dinero desequilibrantes y restaurar la distribución monetaria mundial de equilibrio que está determinada únicamente por la configuración de las demandas individuales de dinero. A la larga, las causas de los desequilibrios en la balanza de pagos son de naturaleza puramente monetaria (Salerno, 2010: 171-72).






Hayek, Friedrich von [Salerno, Joseph T. Ed.] (2008) Prices and Production and Other Works. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

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