miércoles, 14 de diciembre de 2016

Milton Friedman sobre el verdadero Patrón Oro


Milton Friedman nunca se ha caracterizado por defender irrestrictamente el Patrón Oro sino al contrario, lo ha criticado por sus supuestos "altos costos" de recursos (Friedman, 2002 [1962]: 42). Sin embargo, Friedman (1976) luego admitiría correctamente cuál sería la forma de un auténtico Patrón Oro (traducción mía): 

Un real y verdadero Patrón Oro tiene muchas ventajas. Si tal patrón pudiera existir, sería uno en el que el oro fuera literalmente dinero y el dinero literalmente oro. En el cual las transacciones serían hechas literalmente en términos del propio metal amarillo o piezas de papel que fueran 100 por ciento certificados de almacén de oro. Bajo un Patrón Oro de este tipo, o uno ligeramente modificado, los gobiernos tendrían muy poca libertad de acción para adoptar política monetaria. 

Luego, también describía cómo posteriormente a 1914, y con el abandono del Patrón Oro Clásico, jamás se retornó a un verdadero Patrón Oro (traducción mía): 

El Patrón Oro que emergió luego de la Primera Guerra Mundial era mucho más débil de lo que supo ser antes y se debilitó todavía más luego de 1934. Era copiosamente endeble porque los gobiernos se estaban convirtiendo en criaturas muy diferentes. De ser elementos menores en la economía, con presupuestos pequeños y poca intervención, pasaron a jugar un rol cada vez mayor y a aceptar ser más y más responsables del curso de los eventos. 

Pasamos de un Patrón Oro real o, al menos, una aproximación a uno; a un sistema que he llamado un pseudo Patrón Oro, un Patrón Oro falso. Un sistema en el cual, en lugar del oro ser dinero y determinar la política del país, el oro era una mercancía cuyo precio era fijado por los gobiernos. En lugar de dejar que los flujos de entrada y salida de oro dominaran la política monetaria doméstica, era la política monetaria doméstica la que ahora determinaba qué ocurría con el precio del oro y con los flujos del metal. 

Sin entrar en discusión de cosas muy cuestionables sobre su artículo (por ejemplo, si es correcta o no su tesis de que no se puede ni es "deseable" retornar a algo similar al Patrón Oro Clásico hasta que el gobierno vuelva a ser 10 % del PBI y que reine el laissez faire), incluso el lider de la Escuela de Chicago reconoce que luego de 1914 solo se impusieron pseudo Patrones Oro (como el Patrón de Cambio Oro I y el Patrón de Cambio Oro II). 










Friedman, Milton (2002 [1962]), Capitalism and Freedom: Fortieth Anniversary Edition. Chicago: The University of Chicago Press.

Friedman, Milton (1976), "Has Gold Lost Its Monetary Role?". En Meyer, Feldberg; Kate Jowell y Stephen Mulholland Eds. (1976) Milton Friedman in South Africa. Cape Town and Johannesburg: Graduate School of Business of the University of Cape Town and The Sunday Times. 34-41.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Pseudo Patrones Oro: El Sistema de Bretton Woods (1946-1971)


Mientras que, terminada la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña impuso su inflacionario y manipulable pseudo Patrón Oro llamado “Patrón de Cambio Oro”; al finalizar la Segunda Guerra Mundial, llegó el turno de los norteamericanos. El nuevo Patrón de Cambio Oro impuesto en 1945 sería conocido con el nombre de “Sistema de Bretton Woods”, pues surgió de las conferencias en Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944. Esta vez, el Patrón de Cambio Oro anduvo mucho mejor que el impuesto entre 1925 y 1931, pero aun así no era otra cosa que otro inflacionario y manipulable pseudo Patrón Oro. 

Para demostrarlo, volveremos a hacer lo que ya hicimos antes, fijarnos si cumple con las características esenciales de un auténtico Patrón Oro:

(a) El oro es el dinero. Por ende, no existen monedas distintas ni tipo de cambio fijo. El oro no es el dinero. En Estados Unidos desde 1933 estaba prohibido coactivamente que los ciudadanos tengan cualquier tipo de oro (monedas, bullion o certificados de oro). Única y exclusivamente los gobiernos y bancos centrales extranjeros pueden obtener bullion. Es un sistema de tipo de cambio fijo: el oro es comprado y vendido por la autoridad a un precio fijo de un dólar = 1/35 de onza o 35 dólares la onza. Los demás países y sus autoridades monetarias mantienen un tipo de cambio fijo con el dólar.

(b) Su cantidad está determinada por las fuerzas del mercado: la demanda y también la oferta. No existe peligro de que una nación no tenga suficiente dinero. El banco central goza del monopolio de la oferta monetaria. Puede incrementar la cantidad de circulante independientemente de la proporción a la producción o existencias de oro.

(c) La unidad monetaria es (de hecho y legalmente) definida en términos de peso de oro de una determinada fineza. Las reservas bancarias están completamente centralizadas en una agencia del gobierno (banco central) y se vende oro por dólares a un “precio fijado” a los bancos extranjeros. La unidad monetaria ya no es un nombre, sino que hay un precio fijado.

(d) Las notas de banco y depósitos a la vista son redimibles instantáneamente por oro a valor par. Los dólares, otras notas de banco y depósitos a la vista ya no son redimibles instantáneamente en monedas de oro, ni en bullion, ni en nada de oro para los norteamericanos a ningún valor. Solo se permite a los gobiernos y bancos centrales extranjeros, en bullion.

(e) Las monedas de oro, así como el bullion, circulan con total libertad junto con las notas de banco y depósitos (es decir, sustitutos monetarios). Dada la prohibición completa de oro para todos los ciudadanos, ni las monedas de oro ni el bullion son usados en los intercambios diarios. Circulan en su lugar las notas de banco de la Fed (dólares) y los depósitos denominados en ellas.

(f) Se permite funcionar correctamente lo que se conoce como mecanismo Flujo Precio-Especie. El mecanismo de flujo especie no funciona. Ya no hay proceso de reversión que detenga la expansión monetaria ni que equilibre la balanza de pagos. Inflación y desequilibrio crónicos.

Veamos en más detalle cada punto:

En cuanto a (a), básicamente el sistema de Bretton Woods es un nuevo sistema monetario internacional de divisas con tipo de cambio fijo basadas en el dólar.

Toda posesión de oro por parte de los estadounidenses quedó absolutamente prohibida con la Orden Ejecutiva 6102 del 5 de abril de 1933. En uno de los actos más ridículamente dictatoriales y criminalmente expropiadores de la historia humana, el presidente Roosevelt obligó a los ciudadanos norteamericanos a entregarle antes del 1 de mayo todo el oro que tuvieran en monedas, bullion y certificados de oro bajo multas de 10.000 dólares de entonces (¡¡¡Casi 186.000 dólares hoy en día!!!) o hasta 10 años de prisión o ambas si no cumplían. Todo el oro debía ser depositado en algún banco miembro de la Reserva Federal. A cambio, les darían dólares al precio de 20,67 dólares la onza. Por supuesto, luego esos dólares serían devaluados hasta 35 dólares la onza, aun cuando los ciudadanos no podían ir a adquirir oro ni por ese precio. Solo ciertas personas que por necesidad usaban oro en sus actividades podían conseguirlo, teniendo licencia y llenando papeleo. Por ejemplo, los dentistas adquirían oro únicamente para propósitos de ser utilizado en prestar sus servicios. Las personas ni siquiera podían tener oro fuera de Estados Unidos, en alguna cuenta en el exterior.

A diferencia del anterior sistema de Patrón de Cambio Oro, donde lo eran el dólar y la libra, esta vez únicamente el dólar es la divisa clave. Solo el dólar era directamente convertible en oro al precio fijo y previamente devaluado de 35 dólares la onza. Los únicos que podían convertir sus dólares a oro por ese precio eran las “instituciones oficiales” (bancos centrales y gobiernos extranjeros). Como ya se mencionó, los ciudadanos americanos no solo no podían convertir sus dólares a oro, sino que además hasta tenían prohibido si quiera poseer el metal.

Todas las demás divisas, podían ser convertidas en dólares a un tipo de cambio fijo aunque ajustable. Es decir, que las demás naciones y bancos centrales del mundo no tenían como reservas oro para “respaldar” sus monedas, sino dólares. Esa es una de las claves del sistema.

Además y punto (b), la Fed puede expandir la oferta monetaria con un enorme grado de discrecionalidad. Tenía mucha seguridad de que, a diferencia del Patrón Oro Clásico, los dólares que se acumularan en el exterior se quedarían allí, siendo usados como reservas para inflar la oferta de divisas de los bancos centrales extranjeros. En palabras simples, “[E]l dólar de Estados Unidos podía disfrutar del prestigio de estar respaldado por oro y al mismo tiempo no ser realmente redimible en el metal” (Rothbard, 1983: 250). Y es que, además, la inflación que realizara Estados Unidos podía ser “exportada” a los demás países. 

Es muy claro que la Fed podía expandir, había enormes incentivos para hacerlo y adquirió un margen de control de la oferta monetaria brutal. El mercado no determinaba la cantidad de dinero.

(c) Bajo el Patrón Oro Clásico, existían muchas “piscinas” (pools) con oro separadas unas de otras en el mundo, muchas veces en sus respectivos bancos centrales. Por otro lado, una de las características esenciales del sistema de Bretton Woods era propender a poner las reservas de oro del mundo en básicamente una sola gran “piscina”. Por supuesto que, afortunadamente, la centralización no fue completa y todavía quedaban varias reservas de oro en otros bancos centrales cuando el modelo colapsó en 1971. Pero bajo el sistema de Bretton Woods, únicamente un banco convertía sus notas (dólares) a oro: la Fed. Todos los demás bancos y bancos centrales, tendrían gran parte de sus reservas en dólares o convertirían sus respectivas notas a la divisa americana (Hülsmann, 2008: 217).

Debido a circunstancias históricas, Estados Unidos controlaba la mayor reserva de oro del mundo al inicio del sistema y, obviamente, ello fue uno de los factores que contribuyeron a que el dólar sea la “divisa clave”. Durante la Primera Guerra Mundial y mucho después, el país norteamericano se convirtió en un gran refugio para el oro europeo, lo que lo convirtió en uno de los dos países con mayor “piscina” de oro durante el primer Patrón de Cambio Oro (1925-1931). Terminada la Segunda Guerra Mundial, USA ya poseía la mayor reserva de oro vista en la historia. Dado el extraordinariamente grande stock de oro de Estados Unidos, podía perder reservas y el sistema “funcionar” (aguantar) por un periodo de tiempo más largo de lo normal.

En cuanto a (d), con lo explicado en el punto (a), es evidente que ni las notas de banco de la Fed (dólares) ni los depósitos denominados en ellas podían ser redimibles instantáneamente en ningún tipo de oro por parte de los ciudadanos norteamericanos. No solo no eran redimibles, sino que estaba “prohibido” que lo fueran, pues incluso poseer y atesorar oro era ilegal.

Lo que nos lleva al punto (e). Es evidente que, con la prohibición coactiva de poseer oro en cualquiera de sus formas para los ciudadanos americanos, el mecanismo fundamental de control interno de un genuino Patrón Oro queda inutilizado. Ya no es posible pedir que se rediman al instante las notas de banco o depósitos por oro y mucho menos atesorarlo. El “drenaje interno” de oro (internal drain, la pérdida de reservas de los bancos debidas al incremento de la conversión por parte de los clientes nacionales de las notas y depósitos en monedas de oro o bullion), que tiende a mantener a raya las aventuras expansionistas de los bancos, desaparece.

Al desvanecerse ese límite, el banco central y los bancos comerciales amplían el rango de expansión de medios fiduciarios que son capaces realizar. En el lugar del metal precioso circulan las notas de la Fed (dólares) como efectivo, las cuales, a diferencia del oro, se pueden crear.

Por último el punto (f) implica que al quedar anulado el dispositivo de “drenaje interno”, como vimos en (e), se pierde una parte fundamental del mecanismo de reversión clave de un auténtico Patrón Oro. Uno podría pensar que, al menos, queda el “drenaje externo” para tender a revertir las aventuras inflacionarias de Estados Unidos; sin embargo, tampoco es el caso.

Una de las características principales del Patrón de Cambio Oro en cualquiera de sus formas es que, de facto o de jure, la contra partida (el Activo) del balance del banco central que emite la divisa en circulación incluye, además de oro y deudas en moneda nacional, una gran parte de divisa extranjera convertible en oro. Como ya vimos, esas divisas extranjeras en el periodo del Patrón de Cambio Oro de 1925-1931 eran el dólar americano y la libra esterlina; pero en este caso, es únicamente el dólar americano. Esas divisas, aunque son propiedad de los bancos centrales extranjeros, permanecen depositadas en el país de origen (Rueff, 1972: 15-16). El banco central puede expandir la oferta monetaria no solo contra el oro y deudas denominadas en la moneda nacional, sino también contra dólares o deudas en dólares.

Los flujos que salen de Estados Unidos hacia un país bajo el sistema de Bretton Goods (Patrón de Cambio Oro 2) incrementa la oferta monetaria en el mercado receptor SIN reducir de ninguna manera la oferta monetaria americana. El banco central que obtiene los dólares emitidos, y hace que entren directa o indirectamente como sus reservas, los deja depositadas en el mercado de New York. Allí pueden, como antes, dar respaldo para expandir el crédito, dando préstamos a los nacionales (Rueff, 1972: 17-18).

Tal y como ocurría antes con el primer Patrón de Cambio Oro y las libras, el Sistema de Bretton Woods hace que el resto de los países piramiden sus respectivas ofertas monetarias sobre los dólares.

Si Estados Unidos expande su oferta monetaria, tiende a tener un déficit de balanza de pagos pues, ceteris paribus, los precios en el país americano suben por encima de los del resto del mundo y las importaciones aumentan mientras caen las exportaciones relativamente. Pero acá viene la clave de todo el sistema: lo que sale de Estados Unidos hacia los otros países no es oro, sino los dólares. Dólares que no vuelven a Estados Unidos a ser cambiados por oro, sino retenidos externamente para usarse para expandir oferta monetaria. USA recibe bienes y servicios reales del país exterior (importaciones) y cambio le da dólares. Los exportadores foráneos que vendieron a Estados Unidos van al banco central en su país y a cambio piden moneda doméstica. El banco central nacional imprime su divisa y compra los dólares. Por lo tanto, las ofertas monetarias y precios internos de ambas naciones (Estados Unidos y el país que le vendió bienes) crecen. En palabras simples, el Sistema de Bretton Woods tendía a crear inflación mundial.

En resumen, la Fed piramida sus notas (dólares) y depósitos (denominados en dólares) sobre sus (aumentadas) reservas de oro. Esas notas y depósitos son ulteriormente usados por los bancos comerciales como respaldo para piramidar sus depósitos. Y, a su vez, los depósitos en los bancos comerciales de Estados Unidos de los bancos centrales extranjeros son usados de respaldo para piramidar sus divisas y depósitos de la banca comercial de allá. Únicamente Estados Unidos redimía por oro los dólares o depósitos en dólares (Rothbard, 1983: 250).





Hülsmann, Jörg G. (2008) The Ethics of Money ProductionAuburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute

Rothbard, Murray N. (1983) The Mystery of Banking. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Rueff, Jaques (1972), The Monetary Sin of the West. New York: The Macmillan Company.

viernes, 2 de diciembre de 2016

El mito de que el Patrón Oro causó la Gran Depresión

 
Si en algo coinciden monetaristas, keynesianos y demás variantes de buena parte del mainstream (corriente principal) económico es en culpabilizar al Patrón Oro de la Gran Depresión de los 30s. Ya sea porque supuestamente el Patrón Oro tenía "defectos inherentes" restringiendo la política monetaria gubernamental que lo hicieron fallar y colapsar el sistema financiero (keynesianos) o debido a que, por razones políticas o sociales, no se aplicaron las "reglas de juego" del Patrón Oro al esterilizar los flujos de oro, lo que lanzó la economía al precipicio (monetaristas).
 
Como correctamente señala Salerno (2010: 580), el caso en contra del Patrón Oro, como culpable de causar la Gran Depresión, agravarla, propagarla internacionalmente y retrasar la recuperación; es de principio a fin un caso de error de identificación.
 
Lo que fracasó en los años 20s y 30s ni era el Patrón Oro Clásico y ni siquiera era un Patrón Oro verdadero. El Patrón Oro Clásico ya había sido destruido por las políticas del gobierno luego de 1914 y jamás volvió, nunca.
 
El sistema monetario que causó los problemas fue un pseudo Patrón Oro inflacionario y manipulado por los gobiernos y los bancos centrales: el Patrón de Cambio Oro.
 
Tanto el banco central manipulando el Patrón de Cambio Oro (inflando el crédito en los 20s, causando el auge artificial e intentando inflar durante la crisis) como las políticas intervencionistas del gobierno (sobre precios y salarios) fueron los causantes de la mayor catástrofe económica del siglo XX en Estados Unidos y el resto del mundo.
 
No fue el oro, fue el Estado.









Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.